Y pensar que de ese iluminado napoleoncillo de poble que se adhiere cual lapa a sus prebendas y pretende gobernar Cataluña a toda costa desde Bruselas, Berlín o Santa Helena si allí lo lleva el maletero de un coche se nos aseguraba no hace tanto que "sin ninguna duda" dejaría por completo la política al término de su mandato, en el cual por cierto fue colocado a dedo.