Dedicar una habitación en exclusiva a la función de vestidor no es tarea sencilla, ya que no siempre se dispone del espacio libre para ello. Sin embargo, si en algún momento de nuestra vida acaba encajando en el rediseño de nuestra vivienda (o la planificación de una nueva), es una de las estancias que más nos podrá llegar a satisfacer, dada la naturaleza de nuestra afición.
Expongo el mío a continuación. Es de Piero Lissoni, realizado en madera de mongoi. Ya llevo unos cuantos años con él y no podría estar más contento. Aquí va:
Espero que os guste.