Lo podrías mejorar con imanes, si fueran por el interior de los puños y quedaran invisibles aunque te quites la chaqueta. No obstante, ¿qué más da si los puños no quedan siempre exactamente en su sitio? Coñe, que somos personas, no maniquíes...
Y mira que esa obsesión por rozar la perfección la entiendo, pero a veces nos pasamos.