Efectivamente, aunque Montblanc está inevitablemente asociada a los objetos de escritura (algunas de las plumas más hermosas jamás construidas llevan esa cima nevada en su cúspide), también, sin embargo, está llevando una labor excepcional en la manufactura de ciertos relojes; el primero que se me viene a las mientes, porque uno tiene la suerte de disfrutar de uno, es el ya clásico Nicolas Rieussec, un peculiar crono que nada tiene que envidiarle a las referencias más señeras; es más, ya quisieran algunas de estas contar con un calibre tan redondo y elaborado como el de ese reloj.