Aponiente

[Trapo]

En mi opinión, tan importante es vestir bien –o mejor, dicho, adecuado- como comer bien, por lo que creo que encaja en este foro alguna que otra crítica gastronómica. Así que me dispongo a contaros mi experiencia de hace un par de sábados en Aponiente, el restaurante del llamado Chef del Mar, Ángel León. Además, después de la discusión sobre comida “moderna” vs “clásica”, creo que viene muy a cuento.

Como me imagino que muchos ya sabréis, Aponiente está en el Puerto de Santa María, a poco más de tres horas y media en tren desde Madrid. Y, lo mejor de todo, al lado de la estación de tren. Así que es un destino muy bueno para aquellos a los que nos gusta la comida (me niego a llamarme a mí mismo foodie) y vivimos en Madrid.

Aponiente es un restaurante diferente a lo que, al menos yo, estoy acostumbrado. No sirven ni un solo plato de carne; todos los platos están basados en productos del mar. Además, no hay carta, sino dos menús: Mar en Calma (menú “corto” de 14 platos) y Mar de Fondo (menú largo, sin comillas, de 18 platos). Nosotros, aprovechando que fuimos a comer y no a cenar, optamos por el largo, que había que probarlo todo.

La comida transcurre en tres localizaciones: los aperitivos (menos uno) se toman en unas terrazas cerradas que tienen justo antes de entrar en el viejo molino de agua en el que se encuentra la parte principal del restaurante; el último de los aperitivos, justo al entrar en el viejo molino, delante de la zona de corte de la cocina; y la comida como tal, en el salón principal. Antes de entrar en el salón principal, se pasa por delante de la cocina y ahí te saluda Ángel León. Como curiosidad, la chica que nos explicó el último de los aperitivos y que nos indicó que saldría el Chef a saludarnos, nos dijo que, si queríamos, podíamos hacernos una foto con él… No nos la hicimos.

No voy a ponerme a enumerar todos los platos que tomamos porque se haría muy largo y pesado (el menú lo podéis ver en este enlace (http://www.aponiente.com/wp-content/...do-spanish.pdf). Como veréis, una vez elegido el menú, pocas elecciones más hay que hacer: ¿maridaje sí o no? (nosotros optamos por no y pedimos una botella de Chivite 125 y otro blanco más que nos recomendaron y cuyo nombre no recuerdo), ¿experiencia luz de mar sí o no? (también optamos por el no) y elegir entre gazpacho de maíz y calamar o de zanahorias encominadas y entre pez espada o anguila. Como nosotros íbamos cuatro, probamos todas las opciones. Para mí, mejor el gazpacho de zanahorias y el pez espada que las otras dos opciones.

Por destacar los platos que más me gustaron, de los entrantes me gustaron mucho la tortillita de camarones y el chicarrón de morena (si no te dicen que es morena, te crees que es carne). También me gustó mucho la royal de erizos y caviar (muy suave, pero manteniendo todo el sabor a mar que tienen los erizos), el steak tartar (que preparan con sepia, en lugar de con carne y me pareció espectacular) y las papas con choco y coñeta a la prensa (aquí utilizan una prensa para extraer todo el jugo de la coñeta, igual que se hace en algunos platos de ave).

En alguna crítica que he leído no ponen muy bien los postres. A mí, en cambio, me gustaron mucho. El resto de platos, aunque no los mencione, salvo la anguila, que no me encantó, todos muy buenos también.

En resumen, un restaurante al que merece mucho la pena ir (yo repetiré seguro), pero que hay que saber a lo que se va. Y hay que saber que barato, no es.

Os dejo fotos de todos los platos a excepción de las kokotxas en salsa verde y de la anguila, que se me pasó.

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