A fin de cuentas, los chavales más jóvenes y los provectos veteranos comparten una cosa: no están sometidos a la tiranía de las normas no escritas. Unos porque aspiran a reescribirlas, otros porque saben que eso es una incongruencia.
A fin de cuentas, los chavales más jóvenes y los provectos veteranos comparten una cosa: no están sometidos a la tiranía de las normas no escritas. Unos porque aspiran a reescribirlas, otros porque saben que eso es una incongruencia.
Los necios siguen la moda. Los pretenciosos la exageran. Quienes tienen buen gusto pactan con ella.