Yo diría que la política del apaciguamiento jamás ha funcionado, entendiéndose por funcionar que haya solucionado ningun problema de forma definitiva. Más bien todo lo contrario. No debe buscarse la confrontación, es verdad. Pero rehuirla tampoco es una solución.
Los necios siguen la moda. Los pretenciosos la exageran. Quienes tienen buen gusto pactan con ella.
Yo no creo que este sea el peor error de Rajoy. Su mandato, de principio a fin, ha sido un desastre y un compendio de malas decisiones tanto en la gestión de la crisis, la gestión de la corrupción, la gestión del malestar social, la gestión económica, la gestión de las relaciones internacionales y la gestión de la territorialidad de España.
Deja un país roto social y territorialmente, agarrado por los huevos de los separatismos regionales, sin ningún peso en Europa y ridiculizado por sus homólogos europeos, sin haber solucionado ni uno solo de los problemas estructurales de España, ahogado en corrupción bananera y hasta con su propio partido al borde del colapso.
No se me ocurre un líder en nuestra historia peor que este hombre desde Fernando VII. Hasta Rodríguez Zapatero dejó un legado más notable y durarero (aunque fuera solo en asuntos sociales) que Rajoy, pese a ser él y su equipo una calamidad peor que la peste.
Es difícil asumirlo, pero lo peor es lo que está por llegar. Pedro Sánchez es una broma de mal gusto, una coña de 10 segundos. Pablo Iglesias más que una broma, es un peligro público. Rivera ya no sabe ni qué decir para ganar votos y aunque ideas geniales con lo peor del liberalismo ultracapitalista americano. En el PP todos los candidatos están de mierda hasta arriba, desde Feijoo, Casado, Cifuentes... la mejor opción es Soraya, cuya brillante gestión del tema de Cataluña ya nos indica cuáles son sus capacidades.
En fin, un país que ha salido mal cocinado de la historia y al que le han tocado unas élites que no pasarían ni el más mínimo screening en ninguna empresa.
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El que ha cometido un error de proporciones siderales ha sido Puigdemont. Va a perder todas las ganancias (que las había) y todavía perderá más.
Internamente no va a sumar más apoyos, sino que aún perderá alguno. Y, sobre todo, internacionalmente va a dilapidar el rédito que había ido atesorando (con todas las falsedades que se quiera, pero ahí estaba esa realidad).
Además. Ha dado argumentos sólidos a ERC para empezar a desmarcarse sin coste político (hasta ahora no se han atrevido para no descapitalizarse en votos).
Al tiempo...
Los necios siguen la moda. Los pretenciosos la exageran. Quienes tienen buen gusto pactan con ella.
Completamente de acuerdo. Lo malo es que, aunque los políticos cambien el tono, ¡a ver quién lleva de nuevo a las ovejas al redil! Lo único que puede ocurrir para que eso suceda es que se dé un desencuentro entre los indepes que haga que muchos votantes se aparten de la senda de Puigdemont. Y creo que ERC será quien provoque ese desencuentro. ¡ERC! Ver para creer... Que Tardá se haya vuelto moderado...
No es tanto apaciguar como mantener la calma hasta que los propios indepes comiencen a echarse los trastos a la cabeza. Lo peor que puede ocurrir es que, con una política dura, los indepes se unan más. Si el Proceso está demostrando algo es que cualquier acto "duro", une a los indepes.
De acuerdo. Pero no rehuir un desafío no significa entrar ciego a por uvas. Significa asumir que con palabras y buenas intenciones solamente no se va a solucionar el problema, que el momento de la diplomacia pasó. Entonces se plantea la propia estrategia en los términos que convengan.