Iniciado por
Jake Gittes
Yo me quedo más con lo que comentan Pablo y Gonz, en tanto que refleja mejor mi punto de vista sobre el asunto.
Yo creo que es es en el terreno medio donde se puede hacer de más y de menos. Adaptarse al entorno, no dar la nota, no pasarse de vestir ("overdress"), de acuerdo, pero si hay un margen de maniobra, es ahí corresponde hacer el esfuerzo - si lo queremos hacer.
No se trata de ir a una merienda infantil en un parque vestido con traje y corbata (salvo que no tengas más remedio que venir directamente del trabajo y allí vistes así), o llevar corbata a un entorno profesional donde claramente esté fuera de lugar. Pero en trabajos donde no hay código de vestuario, como en el ejemplo que menciona Gonz, pues ¿por qué no? O para salir a tomar un vermut, o dar una vuelta por ahí. Eligiendo los complementos apropiados para la actividad o contexto, podemos ampliar el uso de cosas presuntamente en desaparición - corbatas, chaquetas de sport, etc.
Es verdad que hay que tener una seguridad y una naturalidad en ello; si nos preocupa mucho que los demás no vayan así, o que nos vamos a convertir en "el tío de la corbata", pues no vamos a estar cómodos y seguramente es desaconsejable, aunque se puede probar gradualmente e ir ganando confianza. De vez en cuando se lee alguna frase tipo "me encantaría llevar XXXXXX, a ver si se ponen de moda de nuevo" o "lástima que lo usa poca gente y llama la atención" (sombrero, traje, pajarita, corbata lo que sea). Si es un requisito que se tenga que generalizar el porte de una prenda para que nos animemos a llevarla, seguramente no tenemos la seguridad necesaria para dar el paso.
Y no olvidemos que, a veces, que se hayan perdido ciertos hábitos de vestuario no significa necesariamente que si nosotros los mantenemos estemos haciendo mal - a lo mejor son los otros, aunque sean más. O, ya sin entrar en si va mejor, o más adecuado, el uno o el otro, lo importante es lo que decía antes: que si hay margen de maniobra, lo podamos aprovechar.
El respeto también es clave. Incluso aunque objetivamente pudiéramos decir que otro va mal, no es conveniente atacar a nadie, ni como "contraataque". No hay nada de malo en un poco de coña entre compañeros (que puede ser recíproca, claro), y recordemos que si realmente vestimos con algo que llama la atención, y suscita miradas o comentarios (siempre que sean educados), hay que tomáselo bien.