Lo siento, pero como aficionado del Tenerife tengo cosas que decir...
Redondo en el Tenerife y Redondo en el Madrid eran dos jugadores muy diferentes.
Parto de una convicción plena: Fernando Redondo es, de largo, mejor futbolista que Xabi Alonso en el aspecto técnico. Alonso era un excelente mediocentro
posicional. Tácticamente casi perfecto.
Redondo era otra cosa. Vi a este jugador, en directo, durante 4 temporadas a ritmo de 15-20 partidos por año, y pocas veces he visto algo parecido. El Redondo del Tenerife era un portento. Así, sin más.
Era un jugador que recibía el balón en posición de mediocentro y era imposible quitársela. Avanzaba con la pelota pegada al pie, regateando tres o cuatro adversarios y plantándose cerca del área rival. Con una técnica y un regate bien refinados, y apoyados por su físico. Todo con una apariencia de "facilidad" que solo he vuelto a ver en Messi. Era una jugada muy característica suya, que repetía en casi todos los partidos, y con éxito.
Aparte, en cada partido dejaba una colección de controles, toques, taconazos y demás virguerías que era de ver y no creer.
La prensa especializada, por aquel entonces, entre 1991 y 1994, consideraba a Redondo un tipo que comía en la mesa de los mejores jugadores del Mundo.
En 1994 llegó al Madrid y supongo que Valdano quiso darle otro perfil. Evidentemente, allí ya no era la estrella. No podía tomarse esas alegrías con el balón porque no tenía "escuderos" a su lado, como su abnegado compatriota Ezequiel Castillo en el Tenerife. Llegó al Madrid y tenía a Laudrup 20 metros por delante, a Míchel por la derecha, a un incipiente Raúl, a Zamorano...
Con todo esto solo quiero decir que, en una época en la cual no se televisaban todos los partidos como en la actualidad, es normal que la inmensa mayoría del madridismo se quede con la imagen del Redondo merengue, que es al que vieron.
El Redondo del Tenerife se quedó para las 20.000 personas que le vimos durante 70 u 80 partidos. Y sinceramente, casi me parece mejor. Es como tener ese preciado objeto que solo disfrutan unos pocos... En este caso, un recuerdo.