En este post a vamos a poner a prueba a la marca más exclusiva de España.
Para ello compararemos dos camisas.
Uso el plural porque la idea es que yo las enseñe y vosotros juzguéis.
Una camisa pertenece a la colección estándar de Loewe, y la otra viene de su muy exclusivo servicio a medida. Tan exclusivo que ignoro si tenía un nombre. Simplemente, había un sastre de servicio en la tienda de Goya esquina a Serrano de Madrid. Digo que había, porque ya sabéis que ahora Loewe ha abandonado su herencia de patrones clásicos y sastrería, dedicándose a fabricar ropa exótica, creo que hasta en China.
Estas son las protagonistas del post, ambas de una talla 43, más bien corta en ambos casos.


La primera diferencia entre las dos camisas está en el precio.
La blanca, una camisa estándar, costaba 200 euros.
La azul ha sido confeccionada por el servicio a medida. Costó 600 euros; fácilmente la camisa más cara de España. Su precio hace de ella una prenda extremadamente rara.
Pocos han visto una.
Incluso es probable las fotos que siguen sean las primeras que se publican de esta prenda.

Empecemos por la camisa estándar. Como se aprecia el cuello tiene un factura estupenda, aunque las rayas del dibujo nos dicen que las piezas no se montaron del todo alineadas


Mejor, mucho mejor el dobladillo del bajo


El montaje de los paños del frente y la espalda es perfecto, con un curioso cierre de la costura en la parte inferior. Como si fuera un seguro.


El frente de la camisa permite ver la curiosa disposición de los ojales, el del centro en horizontal


La camisa a medida, en cambio, tiene un ajuste de los diferentes paños espectacular. Fijaros en el acabado del frente, en la parte inferior


En este caso, el ojal horizontal es el primero, para distinguirla de las camisas estándar


La camisa a medida tiene un ajuste de los paños espectacular. Aquí os pongo un detalle al trasluz de la corona en el que se el hombro perfectamente alineado


Y aquí el detalle del costado, una costura con pulso perfecto, rematada en la parte inferior con otro seguro, esta vez de tela blanca


Por supuesto, todos los botones marcados



Acabo con el puño, que habla por si solo del pulso del maestro camisero.


Y ahora mi desgracia: son de la 43 y ahora gasto la 45


¿Qué hago con ellas?