Sin duda, una de las aficiones más dignas para damas y caballeros que lamentablemente ha ido diluyéndose hasta llegar a la actual poca o nula oferta exceptuando capitales europeas como las que comentas. En capitales de provincia españolas lo ofertan puntualmente pero la gente va vestida igual que si fuera al cine (en Madrid más o menos también) y desde luego no existe ese espíritu/ambiente/comprensión en torno a ello que sí lo impregna todo en el caso de Viena.