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El paso del tiempo Vol.1 – Zapatos Vass

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Eres un coleccionista. Aspiras no al gasto sino a la inversión y entre tus metas alcanzables se halla la eternidad. Aunque solo sean las excusas que buscas para gastarte 900 euros en una prenda de vestir y que no te riña tu madre, ya que pretendes hacerle pensar que los estás comprando de cara a cuando quizá tengas descendencia.

Admítelo, te gusta lo bueno. Uno de los mayores disfrutes de este mundillo es el poder adquirir cosas que jamás pasarán de moda, están magníficamente bien hechas y tu nivel de atractivo en el espejo se triplica cuando te las pones. Y de paso, duran. Tienden a durar mucho. Se habla a menudo de la pátina que adquieren muchos  objetos estupendamente bien hechos, del envejecimiento y de cómo irán adquiriendo carácter con los años. No hay nada que ejemplifique mejor estas afirmaciones que un buen par de zapatos. Con “cómo envejecen las cosas” pretendemos precisamente eso, mostrar cómo ocurre, para que aquéllos que se lo pregunten antes de realizar el considerable desembolso que supone en muchos casos un producto de una cierta calidad puedan hacerse una idea acerca de qué pueden esperar. Esta primera entrega irá dedicada a los zapatos de Laszlo Vass.

Vass no es una casa centenaria, pero sí bebe de una tradición más que respetada y que hoy en día resulta una rareza: la austrohúngara. En un mundo plagado de zapatos ingleses e italianos, hablar de alta zapatería europea elevará a uno a cotas de sofisticación tales que el siguiente tema de conversación habrá de ser, necesariamente, el uso del escorzo en la pintura renacentista… como poco. Su principal característica, además de su atípica procedencia, es su gran cantidad de trabajo artesanal en la construcción. No estamos hablando esta vez de goodyear, blake o esos términos que circulan por los blogs más comunes. Aquí entramos en territorio del handwelted. Es decir, zapatos cuya costura principal, la que une el cuero superior con la suela, está hecha enteramente a mano.

En este nivel de zapatería, uno puede, y debería lógicamente, esperar los mejores materiales que se puedan conseguir. Cosa que Vass cumple escrupulosamente, lo que nos lleva a la cuestión principal:

¿Cómo envejecen?

Este par de Vass fue adquirido en la primera conjunta que hizo Rincón de Caballeros con este fabricante, en Diciembre de 2014. Fueron recibidos a comienzos de 2015, por lo que aquí podemos ver dos años de uso ligero, con bastante rotación. Es importante tener en cuenta el cuidado que se les ha dado. El envejecimiento de unos zapatos se debe en gran medida al cuidado que se les da. En este caso, simplemente llevan crema Saphir y cera de la misma marca en la puntera para conseguir el brillo espejo. Pronto llegará el momento de hidratarlos de manera más profunda con una capa de Renovateur. Algo a tener siempre en cuenta, en el caso específico de los zapatos, es la manera cómo las arrugas variarán en función de la adaptación de la horma al pie así como nuestra forma de caminar. No tienen por qué arrugarse más según pasa el tiempo, ni un buen zapato tiene por qué arrugarse menos. En este caso, es la horma F.

Comencemos por una vista general:

Se puede apreciar claramente el uso. Algunas arrugas entre el toe cap y los cordones, donde éstas siempre se forman. Sobre si la piel envejece o no con gracia y elegencia, se lo dejaré al estimado lector, que es quien ha de juzgar. Se puede apreciar en la foto del detalle un cuarteado al final del toe cap. No es coincidencia. Como señalé anteriormente, este par de zapatos lleva cera Saphir para conseguir el brillo de la puntera. Esta cera es especialmente dura y, con el movimiento, tiende a agrietarse del mismo modo que un golpe en la puntera causaría un craquelado radial de similar forma a cuando un vidrio se quiebra por un impacto localizado.

Envejecimiento zapatos Vass
Envejecimiento zapatos Vass

Se pueden apreciar también las marcas que han dejado los cordones, así como el ligero levantamiento de la solapa que cubre la unión de las palas en su parte inferior.

Las suelas muestran poco desgaste y de hecho, tal como se puede apreciar en la fotografía, el closed channel (el cosido oculto en la suela) no ha quedado expuesto, cosa que es habitual ya que lo cubre una fina lámina que previamente se ha separado del resto de la suela. Esto es esencialmente estético y suele suceder, aunque en este caso particular todavía no ha llegado a ocurrir.

También envejecen las hormas. Más notablemente, es apreciable la pátina adquirida por la placa de latón que tienen. En mi opinión, lo que peor ha envejecido ha sido esta chapa.