No sé, llamadme romántico pero creo que dar pasta porque sí a nadie debería suponerle una obligación ni quedar mejor con nadie. Peloteo sí, por supuesto, pero no veo motivo suficiente.
Igual (ojo que hablo desde el puro desconocimiento) creo que se puede estar invitando a gente de la oficina porque van otros que son amigos y por no hacer diferencias. En ese caso que no acudas a la boda es para ellos más una ventaja que un problema.
Cuando yo anuncié que me casaba entraba en un departamento distinto al que se acababa de incorporar también un antiguo jefe que me las hizo pasar canutas al que odio hasta el día de hoy. Por ese motivo tuve que hacer extensiva la no-invitación a todo el grupo actual con el que hice buenas migas durante ese año. Es una lástima pero no quise encender la mecha y salir airoso del entuerto. Por contra sí quise invitar a mi antiguo departamento con quien tenía buena amistad aunque quedase en el pasado. Con eso quiero decir que entiendo lo que es un compromiso en los dos sentidos, pero no deja de ser un sentimiento alejado de la amistad.
Y coincido con Kurtz, la nada romántica práctica de regalar tanto dinero como creemos que cuesta lo que nos vamos a comer me parece tan triste que, si puedo, intento evitarla. Yo regalo, cuando puedo, cosas físicas entre varios. Cuando me dejan claro que quieren pasta, regalo la cantidad que creo que concuerda con mi amistad y cercanía como gesto de cariño. Ni mido el peso de la comida que me van a dar (sin saberlo antes, claro) ni lo que me dio esa persona cuando me casé yo si se da el caso. Hago lo que me parece mejor con otro planteamiento.
Última edición por neekrivers; 28/05/2019 a las 17:18
Creo que NUNCA he comprado nada a precio de temporada.
Un regalo debería ser algo personal y con algún tipo de sentido, de la misma manera que una invitación a una celebración de este tipo debería tener un sentido en el mismo terreno.
Hay que acabar con las bodas recaudatorias.
El problema es que no hay celebración menos personal y con invitados con menos sentido que la boda.
Es un festejo sui generis totalmente. La dinámica actual impide tener un conocimiento siquiera cercano a cualquier gusto, inquietud o tendencia de la persona que se casa. Ya no es como antaño donde había un montón de regalos que se hacían por imposibilidad de los novios: cubertería de plata, candelabros, sofás, butacas, radios para el coche, tv a color, bandejas de plata etc...el mundo ha cambiado. Yo no hablo con la gente de ropa, muebles y demás cosas. Mi novia tres cuartos de lo mismo. Te miran como un bicho raro. Todo lo que no sea low cost se ve como un gasto estúpido. Anda que no me han hecho comentarios por ir con unos Meermin o por llevar un foulard un poquito mejor que los que se ven....
En la era de low cost y de la falta de gusto la gente también lo pierde para regalar. Yo prefiero que me den dinero a que me llenen la casa de morralla sin ningún tipo de sentido. Es una puerta también a que la tacañería generalizada lleve a regalar cosas de segunda mano o trastos que tienen por casa.
Por no hablar de que en gran cantidad de ocasiones pagaban antes los padres la boda y por las bondades y mieles del sistema reinante tengan que ser los hijos hoy los que se endeuden para pagar su boda.
¿Alguien se imagina cuantas cafeteras Nespreso se regalarían en la actualidad si siguiera la tradición de regalar en las bodas? ¿Cuántos objetos de Ikea? ¿Cuántas tv's planas? ¿Cuántos packs de experiencias de 125€ para irte un "finde" con la parienta?
Bendito dinero.
Última edición por Patrick_jane; 28/05/2019 a las 20:35
Si invitas a un empleado de tu padre te mereces, no ya una cafetera, sino un par de calcetines (blancos y con dos raquetas cruzadas, a ser posible)
Tu primo de Tudela, del que solo recuerdas la pataleta que se agarró siendo niño en aquel lejano verano de 1987, es normal que no tenga ni idea de qué regalarte. Sencillamente porque eres un total desconocido.
Sin embargo en una celebración con la gente con la que hay que celebrar, hasta los calcetines más horrendos del Primark tendrán un sentido y un valor.
El regalo es, o debería ser, un acto personal con un propósito. Y por lo tanto voluntario. La sensación de que te inviten a una boda para que la parejita se pueda pagar el viaje a Kenia es horripilante y zafia a más no poder.
Otro día podemos debatir por el significado de "invitar" en estos casos.
Buenas, se me olvido un pequeño detalle Hermes, si decides pagar, yo lo haría en un sobre con billetes de 20 y 50 (que abulte) y en mano, recalcando que no puedo ir pero no me olvido de ti.
Hacerle un ingreso por no ir es como bien se ha apuntado, pagar el impuesto revolucionario. Además la invitación no me la ha dado el jefe, invitándome a la boda de la hija, me la ha dado el futuro yerno, invitandome a su boda. Este matiz hay que tenerlo en cuenta.
En fin.....un "marrón", con perdón.
Gracias por las opiniones.
Tampoco conviene olvidar que no todo es afán recaudatorio. Si en muchos casos una boda es un compromiso para los invitados, más aún lo es para quien se casa.
¿Cuántas parejas no optarían por una boda íntima, teniendo que sucumbir al convencionalismo social de tener que celebrar un banquete multitudinario? Banquete que a (casi) todo el mundo le viene mal pero al que es intolerable/ofensivo no ser invitado. Banquete que pocos novios pueden pagar.
Un banquete como una comida/cena a pachas es una buena solución, para mí.
Los necios siguen la moda. Los pretenciosos la exageran. Quienes tienen buen gusto pactan con ella.