En cuanto al comentario sobre las envidias y caras raras, lamento confirmarlo tras estos últimos días en Madrid.
Mi Opel Speedster no pasa desapercibido, y mientras aquí en California del sur lo piropearían y harían un gesto de aprobación, me dio la impresión que a pesar de que mucha gente en Madrid lo miraba al pasar, lo hacían con cierto recelo. Ambos géneros. Muy pocos lo alabaron y muy pocas hicieron algún comentario. Los niños como siempre señalándolo. Muy graciosos.
Honestamente me da cierta lástima.