En mi caso, debido a mi formación profesional como arquitecto en una época en que no existía el
AutoCad, todo había que dibujarlo y rotularlo a mano por lo que los
rapidógrafos eran el instrumento del momento, los cuales habían superado con creces la época de los delineantes de arquitectura y sus tiralíneas. Aún tengo guardada como un tesoro un estuche
Staedtler completo, con todos los compases y tiralíneas, que compré antes de iniciar mi carrera, muy similar a la de la siguiente imagen:
La llegada de los rapidógrafos y díngrafos
Rotring, Leroy, K&E, etc., cambiaron de forma importante el proceso, aunque todo seguía siendo a mano, por lo que desarrollé un tipo de caligrafía muy precisa y limpia, de la que me sentía orgulloso. Para el dibujo a mano alzada, las plumas eran ideales, de ahí que en su momento tuviera muchas con plumas blandas y duras, gruesas y delgadas... Imagino que hoy en día pocos conocieron esos instrumentos, que eran la base del dibujo en arquitectura, ingeniería, diseño gráfico y demás.
De todo esto, hoy no uso prácticamente nada: los móviles, tabletas y ordenadores lo cambiaron todo, que sin duda recuerdo con cierta nostalgia... Mi caligrafía se ha deteriorado muchísimo por falta de práctica puesto que hoy en día todo lo hago con un teclado.