A mí me ha pasado varias veces que me he dejado aconsejar mal, pero siempre me lo he tragado porque entendía que la responsabilidad final era mía (un consejo es sólo eso; no es como un hecho consumado que te imponen). Cada vez me pasa menos, ya que de todo se aprende.
Lo de comentarlo por aquí, pues me parece bien. Escarmentar en cabeza (pie) ajena es lo ideal y, sobre todo, sirve como aviso de que hay que tener cuidado con estas cosas. Tampoco creo que la marca sea responsable en este caso concreto, la verdad (otra cosa sería un problema achacable a la calidad/acabado del producto en sí).
Puedes tratar de venderlos y asumir la pérdida. También usarlos, sufriendo hasta que cedan. Todo cede, pero no en un par de puestas. Hay que andar y sudarlos (literalmente). El dolor se pasa y quedan unos zapatos con la forma de tu pie (cosa que nunca obtendrás con un calzado ligeramente amplio de inicio). Por supuesto, la tolerancia al dolor es algo muy personal.