Antes que todo, considera los pernitos como una inversión, no como un gasto: van a ayudar a conservar la forma, disminuir las arrugas en las zonas de flexión, a absorber la humedad que se produce en nuestros pies durante el uso diario así como a eliminar olores y posibles hongos en el interior, lo que se traduce en mayor durabilidad y mejor mantenimiento de nuestro calzado. Con el tiempo, el costo de los pernitos se paga con creces.
Lo ideal es ponerlos tan pronto que quites los zapatos y dejarlos hasta su próximo uso, que no debería ser al día siguiente: una adecuada rotación es esencial. Una costumbre que adquirí hace ya bastante tiempo es comprar siempre un par de pernitos de forma simultánea con cualquier nuevo par de botas o zapatos, de esta manera todos acaban teniendo los suyos.
Realmente las hormas que usamos habitualmente son "genéricas", porque no han sido hechas específicamente para un determinado par de zapatos: sirven "para todos". Sin embargo, en calzado de "alta gama" existen peritos que son idénticos a la horma con que fueron construidos: esto es lo ideal porque la forma es idéntica al calzado y "llena" todos sus espacios y muchas no usan resortes que ejerzan presión sino articulaciones, sin embargo es una solución muy costosa por el trabajo que implica hacerlos "a la medida".
Algunas casas como Vass, los entregan con sus modelos pero otras los cobran fuertemente: un par de John Lobb cuestan 140€, o 95£ por los de Alfred Green...
Como no se trata de gastar en pernitos lo que puede costar un par de zapatos de Meermin, seguiremos usando los "genéricos" que cumplen bien con su tarea...
Modelos hay muchos, en USA los prefieren con la parte delantera partida por la mitad, la cual se ensancha al ponerlos, también los hay con la parte delantera sin cambios, en Europa son mas comunes los que tienen una pieza lateral que se ajusta al ancho del zapato. Sin embargo, hay que tener algo de cuidado al escogerlos: es importante que correspondan a la talla del zapato, que la parte del talón sea de un ancho adecuado para evitar que se deforme o que cambie el ajuste, algunos siguen la forma del empeine (me gustan mas) otros son mas planos. La forma de quitarlos también varía: desde la perilla metálica (que es atractiva pero poco práctica), una argolla o los que tienen una pestaña trabajada en la madera...
También existen específicos para chukkas y Chelsea para las que no justifico el sobrecosto, sin embargo existen. Yo uso los mismos que para los zapatos.