Don Kurtz, en uno de sus programas Jamie Oliver, enseñó un truco: se toma un globito y se rellena de agua hasta que alcance 2/3 del tamaño deseado; se introduce en el congelador y, pasado un tiempo, se obtiene una esfera que enfría el whisky sin aguarlo.
No he podido comprobarlo porque tomo el whisky a palo seco (y en diminutas proporciones, ojo), pero la propuesta es resultona.
"No ocultes tus cicatrices. Ellas te hacen ser quien eres." (Frank Sinatra)
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Yo ya tengo de camino un par de cubiteras de silicona con tapa, tamaño 5x5:
Los necios siguen la moda. Los pretenciosos la exageran. Quienes tienen buen gusto pactan con ella.
¿Habéis probado con las piedras de coctelería?, yo las que probé si que tenían algo de resto de aroma de congelador aunque al lavarse era casi inapreciable.
Un saludo.