Hace mucho tiempo, antes de que me robaran mi Omega Seamaster Cosmic 2000, que hoy sería un vintage en toda regla, fui a cambiarle su correa en una tienda de la marca. Recuerdo, con una sonrisa, cuando el dependiente me preguntó si "quería cocodrilo suizo o colombiano". En fin, el primero tenía el logo en la hebilla, el segundo no, por lo que acabé con el "cocodrilo suizo".
Era similar al siguiente, con la esfera blanca: aún lo extraño, fue mi primer reloj comprado con mis ingresos de la época.