Para mí, vestir mal -que no barato o caro-, es transversal a cualquier ideología política, pero ese es mi sesgo, que nace de mi propio gusto al hacerlo. Tan antiestético me parece llevar unos zapatos sucios o ropa ajada, como hacer ostentación de marca. Veo el Jacob&Co de Ronaldo y me parece de una estética espantosa, sin embargo alguien que viste un sencillo y mucho más humilde Nomos, no. El buen o mal gusto en el vestir es más cultural que político. Soy especialmente clásico, uso trilby en invierno (algún fedora también) y Panamá en verano, me afeito a navaja, escribo con estilográfica, soy introvertido, con lo cual prefiero pasar inadvertido pero, en general, la gente que tengo alrededor considera que tengo buen gusto vistiendo... y soy de esos que, como arquitectura vital, identifican relaciones de poder, estudio su legitimidad y, si no me resulta convincente, la combato a mi manera, normalmente desde espacios temporalmente autónomos; en definitiva, soy lo más parecido a un anarquista aunque trabaje dentro del sistema financiero. Mi bisabuelo también lo fue, y mis abuelos fueron socialistas, y todos vestían correctamente, no hablo de caro o barato, hablo de digno, al menos, desde una perspectiva clásica. Lo que siempre voy a hacer es respetar a quien no piense como yo porque, al primero que debo observar con ojo crítico es a mí mismo, y siempre debo tener la duda de si estoy equivocado o la otra persona tiene circunstancias que justifican su manera de ser.