Yo he tenido menos suerte con las encimeras. La mía tiene poca conversación. También es verdad que pasó su primera etapa rodeada de lápidas; en un marmolista, junto al cementerio.
Yo he tenido menos suerte con las encimeras. La mía tiene poca conversación. También es verdad que pasó su primera etapa rodeada de lápidas; en un marmolista, junto al cementerio.
Los necios siguen la moda. Los pretenciosos la exageran. Quienes tienen buen gusto pactan con ella.