Para mi, la cosa es evidente:
1) la camiseta es evidentemente semejante a un uniforme de campo de concentración nazi.
2) Que eso sea ofensivo o no, no lo decide zara, sino la comunidad judía (o el público en general), que es quien decide si se da o no por aludido, como así ha sido. Esa publicidad negativa es indeseable, como poco.
3) Si yo fuera Amancio Ortega, el artista que diseñó la camiseta, y sus supervisores, iban todos a la calle haciendo el paso de la oca.
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