La ventaja de nacer en buena familia es a primera vista evidente para todos. En este hilo podremos conversar acerca de hasta qué punto alcanza dicha ventaja.
Para abrir debate, un ejemplo de todo ello lo tenemos en el tándem que formaron Mario Conde y Juan Abelló. Conde provenía de una familia de clase media sin patrimonio mientras que Abelló es hijo de un industrial farmacéutico que ocupó puesto de procurador en Cortes durante aproximadamente dieciocho años. Ambos intelectualmente brillantes: Conde primer expediente de su promoción en Derecho y nota más alta de acceso a abogacía del Estado, Abelló doctor en Farmacia con tesis de sobresaliente cum laude.
Ambos con trayectorias más o menos paralelas hasta las previas del caso Banesto, momento en el que se separan. Mario Conde fue defenestrado por el sistema político/judicial del momento, habiendo pasado años en la cárcel y siendo al menos hasta fechas recientes uno de los mayores deudores a Hacienda según informaciones en los medios. Por su parte, Juan Abelló con un perfil mucho menos mediático es considerado como uno de los mayores si no el mayor terrateniente de España y, puesto arriba puesto abajo, la octava fortuna del país.
En definitiva: ¿supo Juan Abelló lidiar con las normas del sistema mejor que Mario Conde debido a la ventaja que le proporcionó provenir de una familia ya instalada en el poder?