Buenas tardes caballeros desde la extrañamente soleada Inglaterra. Leo mi nombre y presto me pongo el chaqué para agraciar este hilo con mi presencia.
Ruego disculpen mi ausencia estos días. El calcetín de seda doppione de los altos del monte Fuji no era del alto adecuado y se soltó del liguero, haciendo que este me golpease la pierna con gran violencia. He tenido que ir al spa para asegurarme de que no dejase marca.
Ruego dejen de mostrar su baja y chabacana envidia ante la exquisitez de nuestro nuevo fichaje, el cuel se muestra como un caballero del mas alto nivel. Enhorabuena por los broches. Si en algún momento quiere pasarse por mi ático de Londres, sepa que tengo un hombre en Perú que me trae en avion privado el níveo polvo para las fiestas: dejo que me sorprenda usted con el champagne.
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