A la joven feminazi estándar, victimista y revanchista con una discriminación que jamás sufrío en sus carnes, y moldeada bajos influjos absolutamente sectarios, a través del adoctrinamiento y la repetición machacona de ciertos mantras (medios de comunicación y su vergonzosa manipulación informativa, educación pública en ciertos aspectos, falacias que han calado en la sociedad borreguil,...) le impides decir las palabras: "patriarcado", "machismo" y "sexismo", y no es capaz de hilvanar dos frases, su selebro colapsa.
Por poner un ejemplo tristemente habitual en las aulas de Andasulía, lo que pasa en algunos institutos públicos es de traca, muy RDA. Es más importante hacer 400 murales durante el curso sobre la violencia machista (sic), la multiculturalidad y el sexo libre porquemeape, que saber quién fue Cervantes o Blas de Lezo o cuál es la capital de Austria o qué río pasa por Fachadolid. ¡País!