LA NOSTALGIA YA NO ES LO QUE ERA
Vale. Cualquier tiempo pasado fue mejor: la música molaba más, los programas infantiles de la tele eran una pasada, las pelis de acción te daban un chute de testosterona pura... Pero, no sé, recordaba a los fraggles y a Arnold algo menos... así.
Última edición por Jopo de Pojo; 09/01/2021 a las 18:43
JAPÓN, JAPÓN, JAPÓN
Decía William Gibson que, en aquel país, el futuro no es una posibilidad, sino una condición. Y algo de razón tiene: asomarse a aquel mundo resulta fácil; adentrarse, algo incómodo; adaptarse, desconcertante e incluso descorazonador, como al adivinarnos en una fotografía en la que no aparecemos. Japón, en cierto modo, nos recuerda algo que quisimos ser y no hemos logrado. Donald Keene decía que aquella cultura se había hecho un hueco en Occidente para quedarse por derecho propio. Ojalá.
(A decir verdad, quería presentar el vídeo hablando de cómo me recuerdan estos chicos a Glamour y, sobre todo, a La Morgue, pero la distancia es enorme; como la que separa el pasado del futuro.)
Unas cancioncitas que me recuerdan al invierno y las aventuras de esqui con amigos:
http://elleganterie.com
Interesante reflexión. Yo soy más de asomarme que de adentrarme. La mecánica de la fascinación posee una estructura muy frágil.
Recuerdo la primera vez que visité Japón. Me llamó muchísimo la atención el contraste entre los adolescentes/jóvenes y sus mayores. La exhuberante y lúdica extroversión de los primeros (todos ellos, en todas partes; algo abrumador) frente a la resignada circunspección de estos últimos. Ahora todos ellos serán adultos, ya. Me pregunto si habrán mutado (como una mariposa experimentando la evolución inversa; de colorida criatura alada a afanosa oruga) o lo que habrá mutado es la sociedad.
Los necios siguen la moda. Los pretenciosos la exageran. Quienes tienen buen gusto pactan con ella.
CANTO A LAS ARMAS Y AL HOMBRE...
Molly Ringwald, Elizabeth Shue, Jennifer Connolly... Hace más de treinta años, la adolescencia seguía siendo tan confusa y cruel como ahora. Los sueños, sueños son, que suele decirse, pero valía la pena sumirse en ese espacio intermedio y dejarse llevar por la épica del deseo. Por desgracia, bastaba con poner de nuevo el pie en la realidad para darse cuenta de que incluso las victorias siempre dejan un regusto amargo.
Última edición por Jopo de Pojo; 15/01/2021 a las 21:44
BLAH BLAH BLAH
"Fue allá por el 78 o el 79, no me acuerdo bien... David y yo habíamos volado a Nueva York para hablar con los tíos de la Warner. Queríamos que fichasen a los Devo. Quedaba por ver si Brian o David les producirían el disco, pero íbamos a por todas. Estuvimos cenando por ahí y, al terminar, nos acercamos al CBGB. Tocaba un grupo del que todo el mundo hablaba, los Plasmatics. Se decía que la cantante, Wendy, era la nueva Debbie, aunque con ese nombre vete tú a saber qué música tocarían. Nos tomamos unas cervezas. Apunta bien: u-nas-cer-ve-zas... David y yo estábamos limpios. Habíamos ido a Berlín para eso, ¿vale? Sigo... Estábamos tomándonos unas cervezas y... Allí estaba... No era la nueva Debbie, qué va. Con su cresta y esas pinzas en... Olvídalo... Tenía fuerza, rabia y carisma; todo lo que yo echaba tanto de menos. Al terminar la actuación dejé a David, que se llevó a los tipos a Studio 54, y me colé en el camerino. Aquella noche me cambió la vida. Bueno, todo lo que puede cambiar una vida como la mía. El caso es que no volví a verla. Grabó varios discos, rodó una peli, se hizo vegetariana y luego... ya sabes... Una pena... Alguien me dijo que tuvo una niña y se la llevó a Australia... Sería bonito que yo... Ya me entiendes. No hay nada seguro, pero de tal palo, tal astilla, ¿no? Eso dicen."
Última edición por Jopo de Pojo; 16/01/2021 a las 22:48