Sin conocer del asunto más que lo que sale en prensa, a mí no me gusta nada el Toro de la Vega. Coincido con Laneko en que muy poco, o nada, tiene en común con la tauromaquía. En cuanto al tema de la prohibición, ya veremos cómo queda porque lo que se prohíbe es darle muerte en presencia de público, pero ¿se le puede alancear o no?