Esos son los detalles bonitos... el cuadro del que hablo presidió el despacho de mi padre (que no es abogado) hasta su jubilación... su valor sentimental es enorme, a pesar de que en lo económico no superaría lo anecdótico, pero para mi es un orgullo que esté ahí (le voy a explicar esto al ñapas que tiene que venir a colgarlo, a ver si se enternece y se anima de paso a venir por fin...).
Saludos!