El legado material, sin duda, está bien. Siempre y cuando a mis hijo es haya podido dejar también el espiritual. Y no es fácil dejar los dos. Ante la duda, les dejo el espiritual.
Mi mejor amigo murió hace dos años de cáncer. Tenía un trabajo envidiable en la City. Estaba forrado. Estoy seguro de que hubiera cambiado las pelas por pasar más tiempo con sus dos hijos. Estoy seguro de que, cuando estaba muriendo, no se arrepintió de no dejarles más dinero.