Iniciado por
neekrivers
A ver, voy a hablar claramente de mi única experiencia al otro lado del altar. No tengo problemas en ello.
A mí me pagaron la boda. Eso, ya de inicio, me pone en el ranking de los tristes y rácanos, pero de lejos.
El menú de mi boda fue correcto. He ido a bodas mejores y bodas peores. Guardo buen recuerdo porque era mi boda pero asumo que no era estridente ni fashion ni nada fuera de lo común. Ni era paella con pollo asado ni tampoco esferificaciones de queso de ñu del Tibet y mandanga de ventresca de Toro. Buen producto y, como casi siempre, más cantidad de la que la gente puede ingerir en dos días: Jamón en condiciones, vino de nombre conocido, bogavante, vieiras, carne, ... , en fin, no quiero detallarlo pero es mejor de lo que como cuando voy a cenar con la parienta y me sablan. Pero era una ciudad de provincias y el sitio no es un local de moda. Por tanto, el precio del menú (me refiero a todo incluido copas y música y eso, creo que siempre se calcula así) está más o menos por la mitad de la cantidad que decís que se suele regalar por persona. Uff, racanísimo.
No puedo hablar de memoria porque no lo recuerdo pero juraría que ningún invitado de los que regalaron dinero en cuenta, y hablo por lógica más que por datos, nos dio menos que eso. A lo mejor sí, pero podemos considerar que debió ser un porcentaje pequeño. Eso me eleva al altar de los rácanos.
Pero ojo, mis malas artes calculadoras y negociantes llevaron a incitar a algunos amigos de siempre, a mis tíos que me quieren, a mis padrinos, a amigos de mis padres que son como tíos a soltar una cantidad que espero no fuese lo que calculasen que iba a costar el cubierto, porque podría ser, perfectamente, tres, cuatro o cinco veces lo que decís que se acostumbra a dar. No es que lo tenga en cuenta y lo apuntase, sino que lo recuerdo porque me sorprendió mucho la generosidad de algunos. Eso ya me deja totalmente a la altura del betún, y eso que creo que no lo provoqué yo.
En fin, que hice el negocio de mi vida. Me tendrían que crucificar por ese "sinsentido" y ahora que me abrís los ojos me sorprendo de que mis invitados me vuelvan a hablar.
Pero siento decir que voy más allá, tuve que ampliar la hipoteca porque aún no me llegaba a cubrir todo lo que supuso montar mi casa. Sí, soy de los que se compró una casa, la amuebló, la decoró y la estrenó el día siguiente de casarse. Y encima sin haber compartido con mi novia nunca casa antes. Extraterrestre, vamos.
Por suerte fueron muchos los regalos materiales y materializables (lista de bodas, cheques regalo, etc) que llenan mi casa y a los que tengo un aprecio especial y recuerdo cuando uso. No es lo mismo pagar un televisor con la tarjeta que saber que las amigas de mi mujer se lo curraron para hacernos ellas el regalo; sentarme en mi butaca Barcelona que en vez de comprar en tienda vino con una tarjeta que aún guardo de parte de mis hermanos. Todo ganancia, ganancia y opulencia. Deshonroso.
Estoy escribiendo y me siento fatal. Se me está ocurriendo sobre la marcha celebrar una no-boda para hacer una cena y poder devolver a la gente la parte del regalo que le sobró en su generoso y desinteresado acto.
Pero mal de muchos, consuelo de tontos. Todos mis amigos son unos rácanos, es un hecho probado. Dudo mucho que alguna boda a la que haya ido (y ha habido algunas muy muy buenas) costase el menú igual o más de esa cantidad que decís que se suele dar. Por esa cifra cenas en Diverxo. Hay restaurantes donde se aprovechan pero ya adelanto yo que no he cenado esos menús. Por tanto, ya sé lo ruines que son mis amigos y familiares que han maquinado una tapadera de boda únicamente para sacarme el dinero y hacerse ricos a mi costa.
Gracias a este hilo ahora ya sé la verdad. Qué triste es la gente y qué tontos somos los ingenuos.