Poco más que decirte que tienes razón. Lo que pasa es que aquí entra en juego la palabra capricho, afición, friki, o como quieras llamarla y de repente toda lógica desaparece.
Y eso se hace extensivo a unos zapatos de piel que se arruga de 900 euros, a un jersey de lana que huele a cordero de 300 euros, a unos vaqueros que parecen de cemento de 350 euros, etc. Y ya ni hablamos de maletines, maletas, carteras, maquinillas de afeitar, o cualquier objeto susceptible de entrar en un foro de aficionados.