El verano pasado me compré esta chaquetilla en Gustin. El concepto básico de esta empresa californiana se basa en "campañas" de producción de un determinado artículo que tendrá que ser prefinanciado por los futuros compradores: "Nuestros clientes nos dicen lo que quieren que produzcamos. Si una campaña no consigue suficiente impulso, no hacemos ese artículo. Esto evita malgastar recursos y nos permite centrarnos en los estilos que la gente realmente desea en lugar de lo que creemos que quieren"


La chaqueta es una harrington clásica de líneas limpias, mangas raglán y tejido elástico acanalado en puños y cintura, lo que proporciona un ajuste perfecto y nada "cuadrado" cuando cierras la cremallera (YKK). Tiene dos bolsillos inclinados con cierre de botones Corozo, también presentes en el cierre del cuello. La espalda de la chaqueta viene definida por el clásico respiradero en forma de paraguas y en el interior el forro es chambray índigo. Al parecer someten cada prenda a un proceso semiartesanal de coloración y lavado para conseguir ese azul tinta tan bonito.


Como ven en cuanto a diseño no hay nada nuevo bajo el sol. Lo que sí llama la atención es el tejido "Duck canvas", un algodón espeso de 12 onzas que produce gran sensación de durabilidad y robustez y que parece inmune al desgaste. Por lo visto el término "duck" viene del holandés "doek" y se refiere al tejido usado en los pantalones blancos de los marineros y también en las velas de los barcos por su increíble resistencia al desgarro. Es un tejido pensado para workwear. "Las prendas de trabajo cotton duck nunca se ven muy sucias, incluso cuando lo están", cuentan en una web.

Espero tener algún día un soplete a mano para comprobar este dato tranquilizador: "Aunque inflamable es resistente a las quemaduras. Si está soldando, unas pequeñas chispas no arruinaran la tela con pequeños agujeros". Bien.