Iniciado por
Kurtz
El tema es que la estrategia de Sánchez es ganar tiempo. Siempre. No tiene una estrategia para el país; no tiene una estrategia para el Gobierno; no tiene una estrategia para su propio futuro (la historia no lo absolverá). Su único objetivo es continuar gobernando un día más. Y es el objetivo el que marca la estrategia.
Por otra parte, no tengo claro que la estrategia de Iglesias le vaya a salir bien (no digo que no; sólo que no lo tengo claro). Como muchas otras cosas que vemos estos días, da la sensación de ser un tanto anacrónica. Como si se tratara del manual de instrucciones de una maquinaria que se ha retirado ya, sustituida por otra mucho más compleja. Lo argumentaré a continuación.
Durante mucho tiempo, un período largo que prácticamente arranca en la transición, la preocupación de los trabajadores, todas sus conquistas sociales, estaban enfocadas hacia la mejora de las condiciones de trabajo, su remuneración y la protección frente al despido (lo que apuntalaría las dos primeras, de tal manera que no se produjeran represalias/purgas para reemplazar a los sujetos "incómodos" por otros más dóciles). Bien. Eso, guste más o menos, tenía su razón de ser y el tiempo permite llegar a la conclusión que sea con suficientes elementos de juicio.
Ahora sin embargo el paradigma ha cambiado. Lo que está en cuestión no es ya la continuidad del individuo en la empresa, sino la supervivencia de la empresa en sí misma y, por tanto, la de la totalidad de la plantilla. Más aún, la de todo el entorno (desde proveedores hasta el bar del polígono). Ya no se trata de que la indemnización sea más alta o más baja (nunca ha existido eso que se ha dado en llamar "contrato fijo"). Es que no va a haber nada, para nadie. Menos que cero (trabajadores se quedarán sin cobrar las últimas nóminas, proveedores la deuda y cantidad de clientes estarán temporalmente desabastecidos, con la consiguiente pérdida económica). Peor todavía, quienes se vean obligados a buscar un nuevo trabajo (insisto, porque su empresa ya no existe) encontrarán muchas más dificultades al convertirse la contratación en un compromiso de tremendas repercusiones a medio plazo (especialmente en un contexto de crisis generalizada).
Así pues, los únicos que pueden verse representados y protegidos por ese tipo de medidas, la derogación de la reforma laboral en los términos que se intuyen, serían los empleados de macroempresas, demasiado grandes para caer, o de entidades bajo el ala (política) de la Administración. Dicho lo cual, ¿a qué porcentaje de los votantes representa eso...? Lo cual nos lleva a la siguiente cuestión. El desmoronamiento del mito de Pablo Iglesias como representante de los trabajadores, digamos, humildes. La clase obrera (fabril o no) en general. Esa erosión lenta pero inexorable del líder de Podemos, agravada/acelerada por unas cuantas torpezas innecesarias. ¿Será ésta una de ellas? Es demasiado pronto para saberlo, pero desde luego el riesgo es alto dados los tiempos que corren.