Creo que uno de los elementos que hacen a la Gran Belleza es que, al igual que los diamantes, refleja algo distinto según el ángulo en el que se la mire. Es una obra colosal, pero como toda obra maestra artística, para deleitarla en plenitud hace falta conocimiento, se necesita una iniciación o que alguien te la explique para ir intentando ver a través de las mil capas poliédricas que la componen.
Recuerdo una conversación con un amigo que posee un conocimiento abrumador de la religión católica y me explicó la película desde ese prisma y me quedé a cuadros, la monja anciana que representaba a la iglesia romana, la explicación de su subida por esas escaleras, cada escena como una metáfora de contenido religioso, increíble...
Otra escena que me encanta es la de la conga, cuando Gambardella afirma que son las mejores porque no conducen a ninguna parte, siendo un símil de la película en sí misma. La finura con la que se tratan tantísimos temas.
Cuando leo o me dicen que es una película solo estética, solo preciosista, invito a la gente a leer sobre ella, a buscar ediciones comentadas, a adquirir el gusto y el conocimiento necesario para degustarla plenamente, e ir más allá de esa primera capa estética y adentrarse en esa obra monumental de historias, sentimientos, referencias cinematográficas y metáforas.
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