No os asustéis. No tenéis que ir corriendo a disfrazaros para colgar una foto…
Lo planteo así porque creo que, si no, no se iba a entender el objetivo real del juego. Se trata de elegir un personaje, real de o de ficción, cuyas características nos resulten suficientemente atractivas. Una imagen (en el más amplio sentido de la palabra) que consideremos especialmente potente. No se trata de seleccionar a alguien con quien nos sintamos identificados; ni tan siquiera a quien nos queramos parecer. Digamos que mide más el nivel de mitomanía y los gustos personales que las verdaderas intenciones.
Así que ahora que acaban de terminar los carnavales y aprovechando que ayer escuché en una película que “el disfraz que escogemos es nuestro verdadero aspecto una vez que nos desprendemos del disfraz que llevamos a diario”… Poneos el disfraz. O quitároslo.
(no hace falta dar una explicación, a no ser que alguien la pida; basta un nombre)