Cultura

MICHAEL CAINE: EL ANTIHÉROE CON CLASE

Hace unos días, durante una conversación sobre cine con alguien muy especial, coincidimos en uno de nuestros actores favoritos y que además siempre incluí entre mis cuatro iconos clásicos en el vestir relacionados con el cine, Michael Caine. Ni tan guapo como Paul Newman, ni tan cool como Steve McQueen, ni con la imponente elegancia de Cary Grant, este magnífico actor inglés ha sabido erigirse como un referente aparte y especial para todos aquellos que amamos la moda clásica.

No trataremos aquí de extendernos en una biografía sobre él sino de destacar esos detalles por los que destilaba esa clase que a algunos nunca nos pasó desapercibida. Aun así, vayan por delante unas pinceladas sobre el personaje:

Nacido como Maurice Joseph Micklewhite el 14 de marzo de 1933 no lo tuvo fácil desde sus inicios. De muy humilde ascendencia, nació en el barrio londinense de Rotherhithe, una de las cunas del tan considerado vulgar acento cockney. Y en una sociedad tan clasista como la británica de la época y sin ningún vínculo con el mundo del espectáculo, tuvo que arreglárselas en escenarios de tercera y cuarta fila para escalar desde abajo gracias a su esfuerzo y un talento innato para la interpretación a través del cual consiguió convertirse en un icono del cine británico de los sesenta, algo que ya no ha dejado de ser hasta la actualidad. Su presencia ante la cámara, su calidad interpretativa y este toque de humor y antihéroe despistado le granjearon finalmente el éxito con el que soñaba.

Baste reflejar la siguiente anécdota que, al menos para mí, muestra la altura del personaje: En cierta ocasión Anthony Quinn le dijo «He leído en algún sitio que procede usted de una familia muy pobre», «Es cierto. ¿Y usted?», preguntó Caine. «Yo también —sonrió Quinn—, pero la diferencia entre una familia pobre mexicana y una familia pobre inglesa es tan grande que no creo que pueda usted comprender realmente lo que es la verdadera pobreza». A lo que Caine respondió: «He empleado la mayor parte de mi vida en evitar descubrirlo».

Pero vamos a lo que nos interesa que es su relación con el mundo de la moda masculina clásica. Y es que quizá nadie como él lució ciertas prendas y consiguió trascender con muchos de sus looks e imágenes que han quedado en la retina de muchos de nosotros para siempre.

En “Ipcress” (1965) ya empieza a dar muestras de su irresistible magnetismo en la pantalla y con las primeras gabardinas y sus famosas gafas de pasta, comienza su idilio con la cámara.

Con el seductor e icónico personaje de “Alfie” (1966) reflejó la moda mod de la época con muchos looks que a día de hoy siguen tan vigentes como entonces. Los trajes ajustados, los cuellos cisne solos o debajo de americana, los pantalones de corte estrecho, las corbatas más estrechas y llevadas en looks sport dejaron una huella que actualmente perdura. Todo ello combinado con una de sus señas de identidad, las gafas de pasta de gruesa montura que ya había mostrado en “Ipcress”. Este es uno de esos pasajes que demuestra que todo alguna vez estuvo de moda, pero que sólo ciertas prendas y ciertos personajes trascienden el tiempo y entonces se catalogan como clásicos.


Muchos de sus admiradores probablemente lo recordemos sobre todo por su afición y su forma de llevar la chaqueta cruzada. Esta preciosa y controvertida prenda del vestuario masculino, muchas veces denostada pero muy apreciada por el buen gusto, fue una de las señas de identidad de Michael Caine. Y quien mejor que él, un antihéroe, no el más brillante pero sí muy auténtico, quien luzca como pocos esa prenda que se identifica perfectamente con su personalidad. Buena muestra de ello dio con un bonito traje de chaqueta cruzada en “The Italian Job” (1969). Es en esta cinta además donde Caine da una lección magistral de estilo luciendo cortes en sus trajes y chaquetas mucho más italianos, más ligeros y entallados pero sin perder ni un ápice del encanto british que siempre le ha caracterizado.

Otra prenda magistralmente llevada e inmortalizada por Caine fue el trench, más conocida aquí como gabardina. En su versión más clásica pudimos verlo con ella en varios de sus habituales colores en películas como “Get Carter” (1971) donde dio vida a un asesino violento e implacable pero dotado de una clase y estilo impagables y luciendo esta prenda como pocos lo han hecho. A pesar que haya sido Bogart quien la inmortalizó para siempre, también Caine desde su siempre menos brillante papel que el de otros contribuyó a hacer de ella lo que es en la actualidad.

Ya en una edad más madura, Woody Allen le dio uno de sus papeles más recordados en “Hannah y sus Hermanas” (1986) donde, con los cuellos vueltos junto con varias de las prendas anteriormente mencionadas, volvió a dar otra lección de estilo.

Entre las ya comentadas, y algunas posteriores, ha habido muchas otras grandes películas donde de una u otra manera este gran actor e icono clásico  ha contribuido en gran medida a que muchos hayamos visto en él una fuente de inspiración y personalidad y sobre todo un ejemplo de pura clase.